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Nos encontramos en un auge de los sistemas solares fotovoltaicos, el cual ha sido impulsado en gran medida por la disminución de los costos de los componentes de este, su rápida instalación y puesta en marcha, y la comprobación y referencia por parte de los clientes que el sistema efectivamente permite generar de forma confiable la energía eléctrica para lo cual fue diseñado.
Existen softwares específicos para el diseño de estos sistemas, los cuales requieren de cierta información técnica para poder ajustarlo a la necesidad del cliente. Sumado a esto, se da la comercialización de kits prediseñados para ciertos tipos de consumo, que se pueden comprar por internet o en tiendas especializadas y hacer una instalación en casa relativamente sencilla.
En este sentido, por ejemplo, nos encontramos con tiendas especializadas en productos del hogar donde los clientes pueden ir a comprar sábanas, ollas para la cocina, hasta un sistema solar fotovoltaico para su casa, todo en un mismo lugar.
Esta aparente sencillez de los sistemas al adquirir un sistema, aunado a que es un negocio que no requiere de una gran infraestructura ni grandes inversiones en maquinarias o equipos, ha sido un gran atractivo para que muchas empresas y emprendedores decidan incursionar en este mercado y ofrecer sus servicios de suministro e instalación de sistemas solares fotovoltaicos para residencias y negocios.
Esto ha generado una alta competitividad, lo que es positivo para los mercados, ya que los precios de ventas tienden a disminuir y la calidad pasa a jugar un papel muy relevante. Sin embargo, esto también ha generado el ambiente propicio para la aparición de empresas “de maletín”, aprendices del mundo digital (lo que encuentran en el internet), que buscan hacer negocios a corto plazo para obtener una ganancia y desaparecer del sector en busca de otro mercado en auge.
El hecho de que actualmente se estén dando este tipo de situaciones, es muy delicado y alarmante ya que, si bien es cierto, los componentes de un sistema fotovoltaico son sencillos de instalar, requieren de ingeniería especializada para lograr hacerlo de forma correcta.
Estos sistemas están expuestos a descargas eléctricas, por lo que deben llevar una adecuada y bien diseñada protección tanto en el lado de paneles (DC) como el inversor (AC), protecciones de falla a tierra, análisis estructurales, entre otros aspectos que son necesarios tanto para cumplir la regulación vigente en Panamá, como para garantizar el correcto funcionamiento del sistema sin poner en riesgo la vivienda, negocio, y lo más importante, a las personas.
Los sistemas solares tienen garantías asociadas a la generación eléctrica por más de 25 años, con lo cual el cliente lo primero que debe hacer es cuestionarse si considera que la empresa que le ofrece ese servicio tendría la infraestructura actual como para pensar que estará allí en los próximos 25 años para responderle por una garantía. Las grandes fábricas de paneles solares e inversores no responderán por garantías de equipos instalados por o para terceros, a menos que sea la empresa que lo compró directamente.
Las personas que están evaluando instalar un sistema solar deben ser muy cuidadosas sobre la empresa que está haciendo la oferta, más allá del precio de venta. Deben revisar su historial, oficinas, representaciones oficiales de marcas que intenta vender, certificaciones de sus técnicos y equipos especializados para hacer mantenimiento. Todos estos cuestionamientos les garantizarán en cierto modo, que su inversión en el sistema solar estará asegurada por los 25 años o más que debe durar el mismo.
Por ello, la importancia del respaldo, no solo con personal técnico, sino también de una empresa con experiencia y trayectoria en el mercado.
En Costa Rica hay compañías con la experiencia y el respaldo que el cliente necesita, como la Casa de las Baterías, con más de 45 años de trayectoria.